miércoles, 2 de abril de 2008

Santa Marta no tiene tranvía, pero tiene al Pibe Valderrama

En 2006 estuve en Colombia. Entre otros lugares, visité Santa Marta, aquella del son vallenato que dice que “…Santa Marta, Santa Marta tiene tren / Santa Marta tiene tren / pero no tiene tranvía… / si no fuera por la zona, caramba, / Santa Marta moriría ay caramba”.
Santa Marta está siendo promocionada como destino turístico por el gobierno de Colombia pero, además de la falta de tranvía, también le hacen falta algunos servicios más, como una buena infraestructura vial. El lugar es lindo, con lindas playas, buenos hoteles y un casco antiguo con varias manzanas de viejas casonas coloniales, a las cuales estaban recuperando, pintando y poniendo en valor, como dicen los arquitectos.
Pero, para los que tenemos un costado futbolero, Santa Marta tiene un monumento que no podemos dejar de conocer y sacarnos una foto al pie de la estatua. Allí, en esa ciudad, en el barrio Pescaíto, donde nació, se levanta el homenaje de metal y cemento a Carlos Alberto Valderrama, sí, “El Pibe” Valderrama, ese de la cabellera rubia (¿teñido o natural?) ensortijada como viruta de madera. Un cordobés le diría “che… cabeza plato de uvas”.
Bueno, volviendo a la estatua, está hecha en bronce; tiene como cuatro metros de alto; montada sobre un pedestal de cemento de unos dos metros de alto, y la figura muestra al Pibe en una pose típica de “10”, con la pelota pegada al pie, a punto de dejar al defensor desairado o mandar el pase que es medio gol, de aquellos a los que nos tenía acostumbrados Valderrama.
Los colombianos lo veneran, a la vez que, cada vez que pueden, nos recuerdan aquel ignominioso 5 a 0 (5 de setiembre de 1993, en cancha de River) que todavía festejan y a nosotros aún nos duele.
Según consta en la placa del monumento, fue inaugurado en noviembre de 2002. La dedicatoria dice “Monumento al fútbol colombiano y a la figura de Carlos Alberto “El Pibe” Valderrama” y después de los “créditos” (del escultor y el alcalde de ese momento) termina con un eslogan: “Para volver a creer”.
Tengo dos colegas amigos colombianos –Dagoberto y Juanito– y es cierto: ellos, tanto como nosotros, necesitan volver a creer, no sólo en materia de fútbol.

2 comentarios:

Indio dijo...

¡Aguante el Pibe! Vos sabes, y si no lo sabes es hora de que te enteres, que para los canallas el Pibe es un ídolo. ¿Por qué? Simplemente porque dejo con las ganas a los leprosos. Fue hace unos años atrás, cuando buscaban desesperadamente una figura, lo trajeron, los promocionaron con bombos y platillos y se fue. Nunca se puso la rojinegra. ¡Un capo!

Rossana Vanadía dijo...

Me encantan las historias de viaje que van al margen de lo "oficialmente" publicable.
A propósito de Valderrama, hasta el rock argentino le ha dedicado un homenaje: los Illya Kuryaki & The Valderramas. Ansiosa por más historia. Un beso, amigo.