miércoles, 18 de agosto de 2010

Homeless argentinos en Atlanta



En 2006 se realizó un press trip (viaje de prensa) a la ciudad estadounidense de Atlanta. Fuimos de la partida varios periodistas de viajes y turismo de distintos medios nacionales. En una de las recorridas realizadas por esa hermosa y moderna ciudad, capital del Estado de Georgia, visitamos el Museo de la Coca Cola. Cabe mencionar que Atlanta es la sede de varias empresas de importancia global, como la misma Coca-Cola Company, AT&T Mobility y Delta Air Lines, entre otras.
Pues bien, en el museo de Coca Cola, los colegas Carlos Mira y Ricardo "Indio" Luque descubrieron algo que me tocaba muy de cerca y que, debo admitirlo, me produjo no poca emoción. En una de las galerías del museo, cuelgan de las paredes varias fotos que muestran el derrotero histórico de la gaseosa más famosa por el mundo. Una de esas fotos, de la década de 1940, es de un vendedor callejero de Coca Cola en Córdoba, Argentina, y está ubicada justo encima de otra en la que un par romano vende la gaseosa frente al Coliseo, en la capital italiana. La grata sorpresa me causó una alegría tal que inmediatamente fui y me compré una par de souvenirs de los que venden a los turistas. Era una forma, mínima, chiquita, de agradecer la presencia de mi ciudad en ese museo.
Bien, cuando finalizamos el recorrido, Carlos, el "Indio" y yo salimos al jardín del museo donde encontramos unos sillones muy cómodos y apropiados para tomar un descanso y allí fuimos y nos "recostamos". En realidad, lo que hacíamos era tratar de relajarnos un poco y tomar un respiro, pues por el city tour estábamos a punto de "fundir bielas". El clima no era el propicio para descansar al aire libre, estaba bastante fresco, así que cubrimos nuestras cabezas con las "capuchas" de los abrigos y nos estiramos, cómodamente. Muy cerca caminaba (vigilante) un policía que, cuando descubrió a estos tres sudacas "desparramados" en el sillón, comenzó a reducir sus "rondines" cada vez más cerca nuestro y a mirarnos con cierta desconfianza. El cuadro era, para él, el de tres homeless que se habían aposentado indebidamente en el lugar. La foto, tomada por nuestro amigo Eduardo Diana, de Clarín, muestra el triste espectáculo.
Cuando el police officer estaba a punto de cumplir con su cívico deber, nos levantamos y nos fuimos. "Soldado que huye sirve para otra guerra". ¿Quién lo dijo, Napoleón?

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